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Bueno, pues volvemos a dar clase de Economía, continuando con nuestra serie de artículos dedicados al crecimiento económico. Y hoy traigo un tema de lo más interesante: vamos a estudiar cómo puede la búsqueda de un crecimiento económico llevar al desastre de verdad, sin teorías apocalípticas, radicales ni conspiracionistas. Con los datos históricos en la mano y un análisis científico serio siempre presente.
Este artículo está dedicado a tratar cómo el crecimiento económico, el cual estudiamos en anteriores artículos, si es descontrolado, puede llevar al fin de una sociedad.
Vamos a estudiar con relativa profundidad dos ejemplos históricos claros en dos sociedades que acabaron como la canción de los Panchos: perdidas, sin rumbo y en el lodo. Me estoy refiriendo a la isla de Rapa Nui y al Colapso de la Civilización Clásica Maya.
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Rapa Nui.
Rapa Nui es el nombre actual aborigen (que no original) de la isla de Pascua. Actualmente es un territorio chileno, y está sita en el Océano Pacífico, a 3510 km de la costa sudamericana y a 2075 km de las islas Pitcairn (las más cercanas habitadas).
Es decir, que la isla está “a tomar por culo” del sitio habitable más cercano. Que está muuuuuy aislada, vaya.
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I. Datos geográficos.
La isla es un triángulo casi perfecto de unos 164 km2, su altitud máxima es de 507 m, y si bien no hay ríos ni corrientes de agua dignas de mención, la isla está salpicada de lagos de agua dulce formados en antiguos cráteres de volcán con agua de lluvia (vamos, que agua no suele faltar), lluvia la cual sucede a lo largo de todo el año (aunque no llueva lo que se dice una barbaridad), ya que la isla, por su ubicación, tiene clima subtropical marino.
La isla es de origen volcánico, con los volcanes ya apagados, los cuales hace muuuucho tiempo que están inactivos (la última erupción fue hace cientos de miles de años). Al ser volcánica, la isla es muy fértil, porque sus suelos son muy ricos en minerales.
En la actualidad, la isla es una dependencia chilena, con una población de un poco menos de cinco mil habitantes (censo de 2009), con capital en Hanga Roa. Su principal actividad económica, aparte de un poco de agricultura y pesca es el turismo, centrado especialmente en las visitas a los monumentos de la antigua civilización polinésica que floreció en la isla durante siglos.
http://www.ine.cl/canales/publicaciones/compendio_estadistico/pdf/2005/2.pdf
http://www.portalrapanui.cl/rapanui/informaciones.htm
http://www.letsgochile.com/locations/central-zone/pacific-islands/easter-island
http://www.gochile.cl/html_s/ChileIslaPascua/Chile-Isla-Pascua.asp

Mapa de la isla de Pascua (Rapa Nui) con los accidentes geográficos en rapanui y castellano. Incluye la ubicación de los moais más conocidos.
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II. Un poco de trasfondo histórico, para enterarnos de qué va todo esto:
La isla está, como ya hemos dicho, en el quinto pino, en mitad del Océano Pacífico, a miles de kilómetros de la masa de tierra habitable más cercana. En teoría, era inaccesible. De hecho, la isla permaneció durante milenios habitada sólo por la fauna (principalmente aves) y vegetación autóctona (principalmente algunas especies de palmeras), que de tanto estar aislada, adquirió carácter endémico… esto es, adquirió características únicas y propias debido a su aislamiento.
Pero hay un “bicho” en este mundo que no se está quieto “ni bajo el agua”, y que era capaz de llegar incluso a este enclave perdido “de la mano de Dios”:
El ser humano.
Y joder que si llegó.
No se sabe exactamente cómo ni cuándo llegó… pero llegó.
Lo que viene a continuación son un conjunto de narraciones tradicionales de los habitantes de la isla recogidas por antropólogos, misioneros e historiadores, y los datos analizados por una serie de investigaciones científicas arqueológicas y botánicas, para que os hagáis una visión de conjunto.
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Los seres humanos que primero llegaron y colonizaron la isla fueron los polinesios, una raza de navegantes natos e intrépidos, que descubrieron y colonizaron en sucesivas olas migratorias marítimas, la inmensa mayoría de islas habitables (y unas cuantas no habitables) del Océano Pacífico. Desde las Marquesas a Nueva Zelanda, hasta Hawai, las Pitcairn… y la isla de Pascua.
La isla de Pascua fue su punto de colonización más “oriental”, esto es, más al Este.
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Nota cultural y una advertencia antes de proseguir: en este artículo se está hablando principalmente de temas económicos relacionados con la cultura de Rapa Nui. Aquí no se viene a hablar ni a discutir sobre las cuatrocientas mil diferentes teorías acerca de si los primeros habitantes de la isla fueron polinesios de verdad o provenían de Sudamérica, o si fueron conquistados por los incas, que si Thor Heyerdahl y su jodida balsa, o que si fueron los extraterrestres los que levantaron las estatuas de la isla. Aquí se viene a hablar de E-c-o-n-o-m-í-a. Borraré TODOS los comentarios que no estén relacionados con esa ciencia o que se me pongan a hablar de chorradas místicas, pseudociencia, extraterrestres, teorías sin pruebas científicas tras ellas o New Age.
Por lo que al conjunto de la comunidad científica respecta, la inmensa mayoría de esas teorías, incluidas las visiones romanticistas de Thor Heyerdahl están más que desacreditadas tras años de investigación científica seria, estudios del ADN de los habitantes de la isla, y las investigaciones arqueológicas a pie de obra… aparte de que eso, insisto, no es de lo que hemos venido a hablar aquí. Aquí hemos venido a hablar de temas serios (aunque a veces los describamos con un toque de humor para hacer la lectura más llevadera): Economía, crecimiento económico, y colapso de una civilización.
Dicho esto, y habiéndolo dejado bien claro, seguimos con lo nuestro.
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Se dan tres fechas aproximadas para datar cronológicamente la llegada de los habitantes polinesios a la isla.
Una visión comparativa historicista, data su llegada en torno al siglo IV d. C., por comparación con la llegada de los polinesios a otras islas que estaban igualmente bien alejadas: las islas Hawai, otro de los puntos más alejados de colonización del llamado “triángulo polinesio” (Hawai, Nueva Zelanda, isla de Pascua).
Algunos arqueólogos calcularon la llegada de los primeros habitantes en torno al siglo IX d.C., basándose en estudios comparativos de los monumentos de piedra que dejaron (luego hablamos de ellos, que son muy relevantes para nuestro estudio económico).
En la actualidad, los arqueólogos que han estudiado más recientemente la antigua civilización de Rapa Nui (el equipo de Terry Hunt y Carl Lipo siguen en ello), calculan la llegada del hombre a la isla en torno al siglo XIII d.C., basándose en datos estratigráficos (análisis de capas o estratos arqueológicos), dendrocronología (cálculo de fechas en base al análisis de plantas, del polen y troncos de los árboles), y el consabido estudio del radiocarbono de los restos encontrados más abajo en los estratos. Esos datos no descartan que se hubieran producido otras oleadas anteriores a esa fecha, tan sólo indican que el impacto humano en la isla anterior a esa fecha, si lo hubo, fue mucho menos significativo que el posterior.
Personalmente, me inclino por esta última datación por varias razones: es la versión más actualizada y que más se esfuerza por ser precisa, es un estudio de campo (a pie de obra), utiliza las últimas y más modernas herramientas de datación y tecnologías disponibles… y es más coherente con lo que sabemos de la historia de la isla, ya que como sufrió un desastre ecológico de grandes proporciones después de la llegada de los polinesios y atestiguado con la llegada del hombre blanco, es más probable y coherente que la colonización de la isla fuera más reciente (si hubieran llegado antes, la destrucción del ecosistema de la isla debería haberse producido antes, y los exploradores europeos no habrían podido documentar la progresiva degeneración de la isla).
¿Cómo llegaron los polinesios?
Tanto tradiciones como historiadores están de acuerdo en que llegaron como llegaron a otras islas: navegando en sus canoas de vela (outrigger canoes en inglés, algunas de muy respetable tamaño, las llamadas pahi o canoas dobles, que podían albergar decenas de personas) y catamaranes. Los polinesios eran y son uno de los pueblos marineros más avezados, y unos colonizadores natos. Sabían cómo recorrer cientos de kilómetros, cómo transportar agua y macetas con plantas crecidas y semillas para empezar a sembrar nada más llegar, cómo orientarse siguiendo el sol y las estrellas, cómo aprovechar los vientos y cómo averiguar cuándo se les echaba un tifón encima.
De dónde vinieron ya no está tan claro. Probablemente de las islas Marquesas, Mangareva o las Pitcairn. Se sabe que uno de los sirvientes que “adquirió” en Bora Bora la expedición de Cook, en el siglo XVIII, se podía comunicar con los habitantes de la isla (pascuenses o rapanui), pero eso no es indicativo de mucho, ya que casi todos los idiomas polinesios son mutuamente inteligibles entre sí.
Las tradiciones de por qué se decidieron a realizar un viaje tan largo y peligroso hasta llegar a la isla, varían mucho.
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Algunas tradiciones dicen que:
A) Hotu Matu’a, el primer ariki (rey) legendario de la isla… salió “pitando” de su isla de origen (un sitio llamado “Hiva”, no sabemos a cuál isla se estaba refiriendo, pero los lingüistas, por similitudes entre idiomas, apuntan a las islas Marquesas), junto con toda su familia extendida porque…
-Su isla de origen se estaba hundiendo en el mar (probablemente eso hiciera referencia a un atolón coralino que se hubiera estado hundiendo en el mar por la erosión).
-El dios Makemake (el dios-pájaro de la mitología polinesia) le ordenó ir hacia la isla, y le guió por el camino.
-Se cabreó con el jefe de su isla de origen por desavenencias de tipo religioso, y el sacerdote-vidente de Hotu Matu’a tuvo una visión de un sitio inexplorado hacia donde emigrar. Hotu Matu’a (con bastante inteligencia) envió una partida de exploradores, y éstos le confirmaron que la tierra, efectivamente existía y que no era un desvarío del viejo. No iba a ir él con toda la parentela en canoas para luego no encontrar nada y perderse en mitad del océano.
Al llegar, la tradición recoge que se encontraron con:
a) Una isla sólida no sujeta a inundaciones (es decir, venían buscando una isla de tierra, no un atolón).
b) Una isla con un denso bosque (de hecho, la tradición recoge que los primeros habitantes se quejaron al rey de que había demasiada maleza, sin sitio para emplazamientos, a lo que el rey vino a decir algo así como que le importaba tres pitos, que lo importante era tener un país para ellos solos).
El rey repartió la isla entre los diversos clanes que le acompañaban. Y, un detalle que luego se volverá muy importante, también repartió los esclavos que trajo entre éstos (los llamados “orejas cortas”, probablemente prisioneros de guerra). Los clanes nobles recibieron el nombre coloquial de “orejas largas” (porque se las alargaban con piedras insertadas en agujeros hechos desde la infancia), para denotar su estatus diferenciado como clase privilegiada. Con el tiempo, los clanes de la isla llegaron a agruparse en DOS megaclanes o confederaciones.
Le pusieron a la isla el nombre de Mata ki te Rangi (“Ojos que miran al Cielo”). Otros nombres que también recogen la tradición son Te pito te henua y Te pito o te kainga (“Ombligo del mundo” o “punto extremo de la matriz”). Un nombre muy significativo este último, ya que revelaba que los polinesios eran más que conscientes de que la isla estaba allá donde Cristo Dio las Tres Voces y Se Volvió, aburrío.
Sobre Hotu Matu’a:
http://pvs.kcc.hawaii.edu/rapanui/hotu.html
http://www.economicexpert.com/a/Kings:of:Easter:Island.htm
Nota: algunos investigadores aseguran que la era dorada de la expansión polinesia, entre el 1000 y el 1450, se debió principalmente a que los polinesios debieron ponerse a buscar nuevas tierras desde sus islas principales para sus nuevos métodos de alimentación: cría de cerdo, pollo, y rata, ya que se produjo por la época un aumento de la ciguatera, una enfermedad bacteriana que envenena el que hasta entonces había sido su alimento principal: el pescado.
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B) Otras tradiciones minoritarias. Hay un antropólogo, Steven Fischer, que dice que la leyenda de Hotu Matu’a se parece demasiado a una tradición (Atu Matua) de otra isla (Mangareva, en las islas Gambier), y que esa tradición fue adoptada por los nativos de Rapa Nui cuando varios cientos de habitantes de Mangareva (y de otras islas) fueron traídos por los colonizadores blancos para trabajar en las haciendas de la isla… en el siglo XIX. De hecho, fueron estos recién llegados los que le pusieron a la isla el nombre de Rapa Nui, que significa “Gran Rapa”, en referencia a una de las islas de la que provenían, Rapa Iti (“Pequeña Rapa”, en las actuales islas Australes, en la Polinesia Francesa).
Según esta tradición, el verdadero primer rey habría sido Tu‘u ko Iho que, a lo largo de los años, se habría transformado en un personaje secundario en la historia de Hotu Matu’a.
El porqué os hablo de estas variantes antropológicas minoritarias es porque tiene su relativa importancia: algunos historiadores, arqueólogos y antropólogos postulan la teoría de que hubo más de una oleada de colonización, y que los diferentes nombres de la isla, tradiciones… y “clases sociales” denotan eso.
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No se sabe a ciencia cierta cómo llegaron a formarse, pero tanto unas variantes de tradición como otras, así como el testimonio de los primeros exploradores europeos hacen notar que en la isla existían DOS clases sociales: “orejas cortas” (clase baja, de corta estatura y piel morena) y “orejas largas” (clase aristocrática o noble, de muy elevada estatura, y piel más clara). Los antropólogos no se ponen de acuerdo, ya que las distintas tradiciones parecen mezclarse con el paso del tiempo, se producían nuevas versiones de la historia conforme llegaban a la isla otros polinesios distintos de los nativos rapanui, y la debacle demográfica que ahora estudiaremos, dejó tan mermada a la población rapanui… que hubo un momento en el siglo XIX en el que sólo sobrevivieron 111 habitantes. Y ello implicó que se perdiera prácticamente todo el legado cultural de la población, y que las tradiciones posteriores al siglo XVIII (primeros encuentros con los europeos) se mezclaran, olvidaran o tergiversaran, y en el siglo XIX ya no se supiera cuáles de estas tradiciones eran las de los nativos “originales”.
Algunos antropólogos y otros estudiosos creen que los “orejas largas” son un pueblo distinto de invasores que, en algún momento (ya hemos visto que algunas tradiciones recogen que sucedió antes incluso de llegar a la isla), sojuzgaron y cambiaron la cultura rapanui, introduciéndose como una élite aristocrática, y convirtiendo a los habitantes previos en esclavos o “servidores forzosos”, y cambiando incluso la religión de la gente. (Nota cultural: el aventurero y romántico Thor Heyerdahl llega a asegurar que los “orejas largas” eran una raza distinta de invasores sudamericanos “tipo inca” y que ello demuestra los contactos entre Polinesia y Sudamérica, pero esa teoría está actualmente descartada: el ADN de los habitantes de Rapa Nui revela que son netamente polinesios, y las diferencias de estatura y color de piel se deben a diferencias de clase, como sucedía en China, África y Europa: los nobles no trabajan ni se exponen al sol, y comen mejor). Otros estudiosos no encuentran evidencias antropológicas ni arqueológicas que demuestren esa teoría y se limitan a referir que esa distinción ya existía antes de la llegada de los polinesios a la isla en algunas tradiciones.
Pues bien… Hubieran existido esas divisiones sociales antes o después de la llegada de los primeros habitantes a Rapa Nui, la introducción de cambios culturales (religiosos y sociales) más o menos repentinos, condujo a los habitantes de Rapa Nui…
…a un desastre de proporciones bíblicas.
Fuentes:
http://www.rongorongo.org/thomson/453.html
http://en.wikipedia.org/wiki/Rapa_nui
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III. La devastación de Rapa Nui.
No sé si habéis visto la película Rapa Nui (1994), producida por Kevin Costner, fue muy vista en su momento y es muy entretenida (un poco “apocalíptica”, eso sí).

Carátula promocional de la película Rapa Nui (1994), dirigida por Kevin Reynolds y producida por Kevin Costner y Barrie M. Osborne.
En ella se condensa a velocidad de vértigo, la historia de los habitantes polinesios originales de la isla. La historia se centra en torno a varios detalles, que nos vienen pero que ni al pelo para este artículo, así que os recomiendo que la veáis si queréis “ilustraros”:
-El culto del “hombre pájaro”.
-La construcción de los moai.
-Las luchas sociales entre “orejas largas” y “orejas cortas”.
-La devastación ecológica y la destrucción de la sociedad de los habitantes de la isla.
Si bien la película no es históricamente acertada (insisto en que en ella se narran varios hechos históricos a la vez, cuando sucedieron en distintos periodos), ilustra bastante bien lo que sucedió, grosso modo. La película me sirvió para visualizar varias cuestiones acerca de la cultura polinesia que para mí era (y sigue siendo, en muchos aspectos) bastante desconocida (no del todo, me encanta la historia maorí, ya hablaré más adelante de ello). A mi mujer le gustó mucho (según ella, «siempre salvando las distancias que hay entre una película y la realidad, no se puede plasmar un colapso que duró generaciones en dos horas y ser históricamente correcto: para corrección histórica están los libros»). Claro que también me dijo: “la película es demasiado suave… en la realidad no hubo ese final feliz hollywoodiense”. Se me pone el vello de punta al tener eso presente.
A lo que íbamos.
Una vez llegados a la isla, los rapanui (no sabemos cómo se llamaban ellos mismos originalmente, así que los llamaremos así, como en la actualidad) se dedicaron a asentarse y colonizarla.
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III.1. La deforestación.
Como ya dijimos anteriormente, la isla estaba densamente poblada por árboles. Más concretamente, de palmeras (Paschalococos disperta) y de árboles toromiro (Sophora toromiro). Las palmeras nativas pascuenses están actualmente extintas. El toromiro de la isla de Pascua sólo existe hoy día en jardines botánicos.

Sophora toromiro, ejemplar fotografiado el 23 de agosto de 2006 en el Jardín Botánico Nacional de Chile.
¿Por qué desaparecieron estas plantas?
Porque lo primero que hicieron los polinesios nada más llegar fue, obviamente, abrirse paso entre la maleza para poder establecer sus hogares, desbrozar bosque para el cultivo (generalmente mediante la técnica de quemarlo, lo que hace ir más rápido el desbroce que hacerlo a golpe de hacha de piedra, y la ceniza resultante favorece la fertilización… normalmente sólo de la primera cosecha), y para obtener madera para sus herramientas, viviendas, etc.
No se sabe cómo fue exactamente el proceso de deforestación de la isla de Pascua, pero es evidente que fue debido a la acción humana. La isla de Pascua es muy fértil y relativamente adecuada para mantener una población estable de varios miles de personas. Los polinesios de otras islas… no eran tontos y sabían que sus bosques necesitaban de tiempo para reponerse después de una tala. De hecho, la deforestación masiva de Rapa Nui no se dio en otras islas grandes polinesias como Tahití, Samoa, Hawaii o Vanuatu… así que debió suceder “algo” que causara este hecho diferenciador con respecto a las culturas de otras islas similares.
¿Qué fue ese “algo”?
Pues no fue un “algo”, ea, que fueron varios “algos”.
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III.2. Los cambios culturales.
No se sabe si ya traían con ellos sus aspectos únicos o desarrollaron su cultura después de llegar a la isla, pero la cuestión fue que los polinesios rapanui desarrollaron una cultura bastante diferenciada en algunos aspectos de muchos de sus congéneres culturales, que quedaron atrás en otras islas.
Tiempo después de la llegada a la isla de Pascua, los diferentes clanes se fueron agrupando más y más… hasta acabar conjuntados en dos megaclanes (cada uno integrado por los antiguos diferentes clanes como familias). Cada clan estaba compuesto por sus respectivos líderes “orejas largas” y sus sirvientes “orejas cortas” que, si bien acabaron integrándose como una “familia”, su estatus era muy diferente.
Las tradiciones recogen que las tensiones sociales en la isla se fueron polarizando progresivamente conforme los clanes se agrupaban en esas dos grandes confederaciones: la oriental y la occidental. Y acabaron desembocando en una terrible guerra de prestigio y de competitividad por los recursos, aun siendo como eran una sola entidad política con, en teoría, un solo ariki o rey para toda la isla.
Esos cambios sociales se centraron en:
-La construcción de los moai…
-Las luchas sociales…
-El nuevo culto del “hombre pájaro”.
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III.2.1. Los moai.
¿Qué es un moai?
Pues esto:
Un moai es, básicamente una representación escultórica monolítica antropomorfa (o sea, con forma humana) que representa a los antepasados de los rapanui.
Lo cierto es que si bien se ven un poco toscos, son unos monumentos impresionantes, especialmente si tenemos en cuenta los medios técnicos con que fueron realizados: son estatuas gigantescas de decenas de toneladas de peso, esculpidas a partir de piedra de toba volcánica que se ablanda con la humedad, elaboradas con tecnología neolítica (con herramientas de la Edad de Piedra), transportadas sin ruedas y sin animales de tiro. Existen en torno al millar de estas efigies en la isla.
En la actualidad son monumentos protegidos por el Patrimonio Mundial de la UNESCO por su valor cultural.
Nota cultural: insisto en que como alguien me escriba en los comentarios o tan sólo me sugiera que los moai son de origen extraterrestre, reptiliano o siquiera inca, va a recibir más hostias que el cura de mi pueblo cuando hace los pedidos para las primeras comuniones… aparte de que le borro el comentario. El que avisa no es traidor, ¿eh? Que lo estoy a-v-i-s-a-n-d-o.
Sobre los moai:
http://www.rongorongo.org/mysteres/149.html
http://en.wikipedia.org/wiki/Moai
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Seguimos.
Todos los polinesios han guardado tradicionalmente respeto y adoración a sus antepasados, y muchos les esculpen estatuas… pero los rapanui llevaron eso “demasiado más allá”. Que se pasaron tres pueblos, vaya. Esta producción escultórica monumental revela una sociedad y un gobierno centralizados…
…pero acabó constituyendo el germen de su destrucción como sociedad.
Al poco tiempo de llegar a la isla, los habitantes se pusieron a esculpir estas monumentales esculturas (están datadas desde mediados del siglo XIII d.C., lo cual parece corroborar la teoría de que los primeros habitantes llegaron sobre esa fecha), como parte de su tradicional culto a los antepasados. Los rapanui esculpían la piedra volcánica de una cantera en el centro de la isla, la pulían, pintaban, decoraban con coral, conchas marinas y a algunas les ponían una especie de «sombreros» de piedra roja, seguramente para hacerlos más altos y/o impresionantes. Después de trabajarlos, se los llevaban desde la cantera en el interior a la costa, y allí, con grandes “fatiguitas”, los erguían y, en algunos casos, incluso los enterraban hasta una cierta altura (dejando fuera la enorme cabeza, por eso a menudo se las llama “cabezas de la isla de Pascua”, pero son en realidad de cuerpo entero). En otros casos, los erguían en fila en plataformas-altares (ahu)… que también estaban elaboradas artesanalmente, con piedra (piedra que, por supuesto, había que transportar, etc.).

Ahu Tongariki, el ahu más grande de la isla de Pascua. Tiene quince moai incluido el moai más pesado de la isla, de 86 toneladas. El complejo fue restaurado por los arqueólogos chilenos Claudio Cristino y Patricia Vargas en la década de los noventa. Los moai, como es tradicional, miran hacia dentro de la isla, no hacia el mar.
Por dejarlo más claramente expuesto si es que no os habéis dado cuenta ya de lo que quiero decir… los moai son “caros” de construir. Requieren de muchos recursos para ser construidos: madera para los armazones y andamios, cuerdas, pintura, alimentar a los constructores (y, sobre todo, a los “transportistas”, porque las esculturas cuesta moverlas “un huevo” y requieren de alimentos muy energéticos, que no estaban disponibles en la isla, la cual sólo tenía como “ganado” pollos y ratas polinesias), etc. Aparte de que todo ese trabajo no lo hacían los “orejas largas” que eran los nobles, no qué va, faltaría más… ese “trabajito” lo realizaban los “orejas cortas” de baja clase para los “orejas largas”, por imposición y, encima, todo ello nada más que para que los “orejas largas” de un clan pudieran presumir ante los “orejas largas” de otros clanes. Y esa serie de «circunstancias sociales» acabaron por socavar la producción de recursos naturales de la isla. No hay más que ver que los moai tienen todos las orejas bastante largas.
Los rapanui acabaron degenerando este culto religioso hacia una serie de “guerras de prestigio entre clanes”, buscando erigir los moai más altos, más grandes o más impresionantes…. que les costaron muy caras en términos ecológicos, sociales y demográficos.
De tanto fabricar moai (y muchas otras cosas que ahora veremos)… los rapanui acabaron con sus bosques.
El registro de polen muestra que los últimos árboles (o por lo menos, los más grandes) desaparecieron de la isla en torno a 1650. Justo por esa época, dejaron de fabricarse los moai. Qué curioso, ¿verdad? Se ve que se quedaron sin madera para continuar construyéndolos.
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III.2.2. El abuso de los recursos disponibles y las luchas sociales.
Este abuso de recursos propiciado por el ansia de querer construir moai y de superar socialmente al vecino, se vino a sumar al “gasto” de muchos otros recursos por otros motivos y a diversas contingencias que sufrió la sociedad rapanui.
Básicamente, se desató un ansia de “crecimiento económico” (más comida, más bienes de lujo como los que a fin de cuenta son los moai, más construcciones de piedra…) que acabó superando la producción de los recursos naturales de la isla.

Una hipótesis de cómo desplazaban los rapanui sus moais. Obsérvese la gran cantidad de esfuerzo, materiales y recursos necesarios.
Casas de piedra, altares de piedra, moai, desbrozamiento del bosque subtropical húmedo de hoja ancha primigenio mediante quema, y otras circunstancias como la introducción de animales que se alimentaban de semillas (rata polinesia)… todo ello causó el que se consumieran sin posibilidad de poder recuperarse los recursos naturales (árboles, palmeras, etc.) de un entorno cerrado y aislado como es la isla de Pascua. Así pues, hubo un momento en que se llegó a tener demasiada población (sobrepoblación)… para los medios y recursos disponibles que quedaron en ese entorno cerrado.
Un desastre ecológico en toda regla.
La producción de madera se frenó prácticamente en seco.
Los rapanui se acabaron viendo sin madera para sus herramientas de cultivo, sus barcos para viajar y pescar, sus casas, sus moai… Y se vieron obligados a recurrir a utilizar madera procedente de antiguas herramientas y postes, la que traían las corrientes marinas desde otras tierras, e incluso utilizaron juncos y enredaderas nativas de los lagos para hacer balsas inestables con las que poder pescar en las cercanías de la isla… pero ya no se pudieron alejar mucho de ella: habían perdido la posibilidad de construir grandes naves y huir, por tanto, de su entorno cerrado y aislado a miles de kilómetros de la tierra firme habitada más cercana. Obviamente, su calidad de vida se vio muy reducida debido a la nueva escasez de recursos.

Moai sin finalizar en la cantera volcánica de Rano Raraku. El más visible, en la pared, habría sido de haberse terminado, el moai más grande de Rapa Nui, ¡con 21 metros de altura y 270 toneladas de peso! Nunca llegaron a terminarse por la falta de recursos tras la cual estallaron las guerras civiles que destruyeron o tumbaron los moai de la isla.
Y, obviamente, en una sociedad donde los recursos escasean… las tensiones sociales aumentan.
Los primeros testimonios de los europeos que visitaron las islas del Pacífico registraron una serie de cambios sociales en la isla de Pascua conforme se sucedían las visitas. La primera visita europea fue la del holandés Rogveen en 1722 (70 años después del calculado final de los árboles), la cual bautizó a la isla como “de Pascua”, por ser la fecha en la que la avistó. Registró que la isla estaba prácticamente despoblada de árboles, sólo quedaban palmeras y plantas como arbustos grandes. Los moai estaban erguidos y frente a la costa. Hizo notar las diferencias entre “orejas largas” y “orejas cortas” entre los habitantes.
La siguiente visita fue una de cinco días de unos barcos españoles, el San Lorenzo y el Santa Rosalía en 1770, que llamaron a la isla «de San Carlos», dirigida por el cántabro Felipe González de Ahedo. Corroboraron las diferentes clases sociales y los capitanes detallaron que no había árboles de ningún tipo. Los españoles firmaron un tratado de anexión con los isleños que posteriormente serviría de base para la soberanía chilena de la isla.

Mapa español de la Isla de Pascua de 1772 (tras la visita de 1770, en que se la bautizó como «de San Carlos»), durante la expedición de Felipe González de Ahedo. El original se encuentra en el Museo Naval de Madrid. Perspectiva tomada desde el navío San Lorenzo de la armada real. Nótense los dibujos de los moai: son las primeras representaciones europeas de las estatutas.
James Cook, el famoso explorador, visitó la isla en 1774. Hizo notar que algunas de las estatuas estaban tumbadas y que la isla tenía aspecto desolado.
El barco británico HMS Blossom, que visitó la isla en 1825, no enconcotró ninguna estatua de pie.
Las diferentes visitas entre esa fecha y 1838, registraron terribles guerras civiles entre los nativos, una tremenda hostilidad hacia los visitantes (en parte porque muchas de las siguientes “visitas” eran de buscadores de esclavos para las minas del Perú recién independizado) y cada vez más moai tumbados, derribados por los mismísimos habitantes.
Para 1838, no quedaban más que unos cuantos moai del interior sin tumbar.
Se había producido una rebelión de las clases más desfavorecidas (los “orejas cortas”), contra la élite aristocrática de los “orejas largas”, que los tenían sometidos con trabajos forzosos, mal alimentados y sin acceso a los recursos más necesarios, con el hambre (y, por tanto, la enfermedad) como amenaza constante sobre la población. El alcance de estas luchas intestinas está sujeto a debate entre los estudiosos del tema: las opiniones van desde una situación de guerra civil, masacres constantes, e incluso canibalismo generalizado, hasta una simple lucha ritual organizada de clanes, que acabó por reorganizar éstos en un baño de sangre, pero sólo entre guerreros. Los disgustados habitantes de la isla, en su furia, acabaron achacando no sin razón, su situación de penuria a los antepasados representados por los gigantescos moai, y «lo pagaron» con ellos, tumbándolos.
Conociendo como conozco la historia militar de los maoríes neozelandeses, que son parientes culturales polinesios de los habitantes de Rapa Nui, os puedo garantizar que los conflictos bélicos en la isla serían de padre y muy señor mío. No obstante, de los estudios que menciono en el párrafo de más arriba, me gustaría destacar que hay que huir del sensacionalismo y, aunque efectivamente se produjo el canibalismo entre los habitantes de Rapa Nui, no se dio tan frecuentemente como se da a entender en la película y entre algunos autores como Heyerdahl, y no se puede asociar a la falta de recursos ya que el canibalismo se practicaba de forma regular entre todas las subculturas polinesias. También quiero destacar el carácter progresivo que tuvo el “apocalipsis de Rapa Nui”, ya que se produjo a lo largo de generaciones (si bien muy pocas generaciones), en un proceso complejo, no como aparece en el filme, donde prácticamente este proceso sucede de un día para otro.
Independientemente del grado de intensidad de la lucha y de las tensiones sociales, éstas se produjeron, y tuvo efectos desastrosos. Una tradición llega a citar que sólo sobrevivió un “oreja larga” a esta época. Las clases sociales se acabaron por diluir en este periodo. De una población estimada de unos diez mil habitantes sesenta años antes de la llegada del hombre blanco a la isla, se había pasado a unos tres mil calculados por Rogveen. De una isla densamente poblada por árboles, se pasó a una isla pobremente vegetada. De una cultura neolítica monumental, relativamente evolucionada y centralizada, se pasó a una sociedad en permanente conflicto consigo misma, y reducida a poco menos que la barbarie en medio de una terrible escasez de recursos… perenne.
Un curioso aspecto que corrobora y refleja claramente estos cambios y su adaptación en lo posible a ellos, fue la aparición de…
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III.2.3. Tangatu manu. El culto del hombre-pájaro.
En un momento indeterminado, hay tradiciones que dicen que antes de desaparecer el culto a los moai, otras que después (lo más seguro es que empezaran conviviendo), surgió un nuevo aspecto religioso entre los rapanui. Se produjo un ascenso a una posición de preeminencia de un dios que anteriormente era considerado de poca importancia en el panteón tradicional de dioses polinesios: Makemake, el dios-pájaro.
Este dios era el protector de los pájaros.
Los pájaros (más concretamente, sus huevos) eran un alimento básico de la dieta polinesia. Pero había que repartir los huevos entre todos los habitantes de la isla. Seguramente este culto nació como una forma de establecer los derechos a disponer de los recursos del entorno.
Anualmente, los sacerdotes de cada uno de los ocho clanes nobles de la isla nombraban a un representante o hopu (varones fuertes y ágiles), que se sometían a una prueba muy dura una vez cada año: tenían que obtener uno de los primeros huevos de un manutara (charrán sombrío o gaviotín pascuense aunque también valía la especie gaviotín apizarrado) que habitaban el islote de Motu Nui, muy cerquita de la costa de Rapa Nui.

Motu Nui, islote centro del culto rapanui del Hombre-pájaro. Tiene cojones donde tenían que llegar los campeones por el huevecito.
La pruebecita tenía cojones porque se podía llegar a nado al islote, sí, pero sus aguas estaban (hoy ya no) infestadas de tiburones, y bajar y subir por los arrecifes y las rocas no era moco de pavo precisamente. Debían conseguir un huevo de estas aves (la prueba se realizaba recién comenzada la época de empollamiento, de hecho, esperaban en una cueva del islote a que los pájaros “cumplieran”), y traerlo intacto de vuelta. No era fácil… y menos, teniendo en cuenta que los rivales te podían “putear” e irse a por ti e intentar romperte el huevo… y la cabeza, para que no lo consiguieras.
El primero en llegar ante los testigos de su clan, en la costa de la isla principal, ganaba, recibiendo el título de Tangata manu (“hombre-pájaro”). Otras tradiciones aseguran que ese título y la recompensa se le otorgaban al «subvencionador» o patrón del atleta (el jefe del clan).
El representante del clan ganador podía establecer, como recompensa, que su clan fuera el primero en disponer de los huevos de aves para comer ese año. Las tradiciones varían, y algunas dicen que podía relegar a los otros clanes a no comer huevos, a someterse a todo tipo de vejaciones y humillaciones, y a que podía establecer el orden en el que los diferentes clanes podían consumir los huevos de aves y/o otros recursos. El ganador, obviamente, favorecía primero a su clan, luego a su confederación… y lo que quedara para los perdedores. Si es que dejaba a los perdedores comer huevos.
Y no solía quedar mucho después de que la familia del ganador se hubiera quedado con todo lo que hubiera podido acaparar.
Supongo que no hará falta que os señale… que hoy en día, los pájaros marinos no anidan en la isla debido a esta “práctica”. Curiosamente, siguen anidando en Motu Nui. Como que allí sólo los molestaban una vez al año y para coger nada más que unos pocos huevos. Los pájaros son listos, ¿eh?
El culto fue abolido entre 1866 y 1867 por los misioneros católicos.
Si os habéis dado cuenta, el culto del hombre-pájaro no es ni más ni menos, que una respuesta bastante desesperada a una situación grave de escasez de recursos alimenticios.
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III.3. Después de la debacle.
Las penurias de los habitantes de Rapa Nui no acabaron ahí ni mucho menos, lamentablemente. A lo largo del siglo XIX, los supervivientes de la debacle se vieron sometidos a capturas de esclavos por parte de esclavistas peruanos para trabajar en las minas (allí murió el último ariki de Rapa Nui); la introducción por parte de misioneros católicos (que acabaron con la mayoría de la cultura autóctona, haciéndola olvidar) de enfermedades como la tuberculosis; a la acción de aventureros sin escrúpulos que terminaron por apoderarse de la isla, despojar a sus habitantes y reducirlos a una reserva (Hanga Roa) mientras los hacían trabajar en sus plantaciones… o los deportaban a otras plantaciones en otras islas del Pacífico. Llegó un momento en el que sólo sobrevivieron 111 habitantes de origen polinesio (no estrictamente rapanui, sino algunos procedentes de otros lugares) en la isla, de los cuales pocos retenían suficientes retazos de su cultura nativa (se llegó incluso a perder el conocimiento del tradicional sistema de escritura rapanui, el rongorongo, que era de influencia probablemente española).

Fotografía en blanco y negro de la tabilla Mamari, también llamada «texto C» escrita en caracteres rongorongo. No se ha descifrado. Se cree que pueda ser o un calendario o un registro genealógico. Grabado en madera. Picpus, Roma. Italia.
Todos los habitantes polinesios de la actualidad en la isla de Pascua, descienden de estos supervivientes.
Desde 1888, en que Chile se hizo cargo del territorio, se ha producido una lenta recuperación demográfica y cultural de lo que, una vez, fue un gran pueblo. No fue hasta 1966, que se les concedió plena ciudadanía chilena a los habitantes polinesios de Rapa Nui.
No se me entristezcan, lectores, que en la actualidad, hay esperanza. Los habitantes polinesios de Rapa Nui, tras años de postración, vuelven a ser numerosos, y vuelven a alzarse como un gran pueblo, recuperando su cultura o lo que pueden de ella, volviendo a erguir sus moai, y dispuestos a repoblar de árboles su isla con numerosos proyectos botánicos financiados por la fuente de ingresos económicos principal de la isla: el turismo. Miles de turistas y visitantes acuden a la isla todos los años para ver sus monumentos, sus moai, y navegar y pescar por sus aguas y admirar sus paisajes.
Les deseo lo mejor.
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IV. Conclusión.
Como habéis podido observar, un ansia de crecimiento económico sin freno y sin conciencia de saber lo que se está haciendo, genera cosas como la devastación de Rapa Nui.
Una sociedad ha de ser consciente, y ha de estar educada en el respeto por su entorno… y en saber hasta dónde puede llegar su nivel de consumo de los recursos y tecnologías que tiene disponibles, porque si no, la va a acabar jodiendo miserablemente.
Si los habitantes de la isla, hubieran dejado de lado sus conflictos sociales, sus estúpidas luchas internas, y su obsesión por ser “más que el de al lado”, podrían haber evitado la catástrofe que, un poco más, y los acaba extinguiendo. Si hubieran replantado árboles conforme los talaban, o sólo hubieran talado los estrictamente necesarios, no se habrían visto abocados a esa catástrofe ecológica (y demográfica, y económica, y cultural…).
Señores lectores… No soy ecologista ni por gusto ni por moda. Soy ecologista por convicción, por coherencia y, sobre todo, por pragmatismo.
Es decir, yo soy ecologista precisamente porque soy economista. Porque sé de sobras las consecuencias que tiene un crecimiento económico sin conciencia y sin control.
Los habitantes de una sociedad no pueden comer como desesperados hasta reventar, y no pueden talar todos los árboles de sus bosques y consumir todos sus recursos como si no hubiera un mañana… si es que ellos y sus descendientes quieren seguir viviendo bien, o al menos, decentemente. No deben hacerlo si es que no quieren que eso se les vuelva en su contra, y acaben sufriendo penalidades como el hambre, la enfermedad… o, simplemente, acabar viviendo peor que antes. ¿No queréis que vuestros hijos vivan, al menos, tan bien como vosotros? Pues yo quiero que vivan mejor.
Yo quiero un crecimiento económico, claro que sí. ¿Quién no quiere lo mejor?
Pero un crecimiento económico… con cabeza. Un crecimiento económico bien diseñado y planteado.
Una sociedad tiene que pensar en el futuro, y en las generaciones venideras. Porque el que uno viva mejor hoy a costa de gastar recursos sin ton ni son, lo más seguro es que mañana acabe causando que la siguiente generación o generaciones, puede que incluso la suya, vivan (mucho) peor.
Una sociedad ha de consumir al ritmo en que sus recursos se producen. No por encima.
Una sociedad, en suma, ha de mantener lo que se llama una “economía sostenible”, esto es, una economía que pueda sostenerse, que pueda perpetuarse en un ciclo de producción-elaboración-consumo armónico y eficiente, donde se pueda vivir bien sin cargarse la fuente de lo que, precisamente, hace que podamos vivir, los recursos… sin temor al futuro.
No se trata de “crecer porque sí y a toda costa, cueste lo que cueste”. No. Se trata de inventariar nuestros recursos, ser conscientes de nuestros medios y posibilidades, y diseñar una economía acorde a todo ello.
De consumir lo que es necesario consumir, no lo que se es capaz de consumir.
De crecer hasta donde se pueda… y hasta donde se pueda bien.
Y, por supuesto, de investigar para poder crecer más sin necesidad de destruirnos en el proceso. Que la tecnología nos brinde ese “poder crecer más”… sin repercusiones perjudiciales.
Ya sé que soy muy pesado, y que estoy todo el maldito día diciendo lo mismo aquí, en el trabajo y en el sindicato… pero quiero que tengáis presente que medidas como el reciclaje, el plantar árboles o plantas y cuidarlas, el luchar porque nuestros bosques y parques naturales sean respetados y aumentados, o el alentar, promover y el adoptar uno mismo las energías renovables y eficientes (como las placas solares), van en nuestro beneficio. Son sistemas y soluciones desarrollados para acometer los problemas a los que nos enfrentamos. Y es nuestro derecho y nuestro deber el implementarlas. Para que no nos suceda lo que a Rapa Nui.
Ya es tarde para los antiguos habitantes de Rapa Nui… pero nosotros, aún tenemos una oportunidad. No la desperdiciemos si no queremos acabar como ellos. Aprendamos de los errores que tanta sangre y sufrimiento les costó a otras personas… para que no se vuelvan a repetir.

Paisaje de la isla de Pascua con un ahu de moai restaurados frente a la playa. Obsérvese que vuelve a haber palmeras.
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Espero haber logrado transmitiros ese mensaje con este artículo… y continuar transmitiéndolo en el siguiente, porque… ¡oh, no! ¡Aún no he acabado! Aún me queda por hablar de los peligros de un crecimiento económico sin ser consecuentes con nuestras limitaciones tecnológicas.
Y de ello hablaré próximamente, en otro artículo. Hablaré… del colapso maya.
Porque una sociedad ha de consumir no sólo al ritmo en que se producen sus recursos… sino teniendo en cuenta la tecnología con la que obtiene esos recursos.
Hasta pronto.
ibethkarina
Me encantó <3, he aprendido algo nuevo.
¡Gracias!
Camilo Alarcón
Muchas gracias por estos articulos Chemaz, aun estando tan ocupado te das el tiempo de aportar un granito de arena (ya van varios); yo personalmente sigo tu blog con mucho interes.
De verdad muchas gracias
PD: Queria pedirte (solo si es posible o si tu tiempo te lo permite), que escribieras, o al menos des tu opinion, acerca de un tema que por estos dias esta en controversia mundial, es famoso Tratado de Conpenhague, que según algunos es la solución (en parte) al gran problema del cambio climático, (el ya gastado calentamiento global), y según los ya denominados conspiranoicos es el paso inicial, hacia lo que todos llaman «Nuevo Orden Mundial».
Lo digo por que hace poco vi un video donde el experto en cambio climatico Christopher Monckton, daba una charla sobre el Tratado de Copenhague (donde expone puntos y tematicas bastante serios).
Bueno la verdad es que no me quiero alargar demasiado, solo dejo el link para ver el video.
Sibila
Magnífica explicación. Éstas son las cosas que enseña la historia cuando no sólo se la mira con anteojeras en busca de misteriosos poderes ocultos. :)
Ibeth
http://queinsolitoeselmundo.blogspot.com/2009/12/tratemos-de-no-odiar-tanto-los.html
:3 Algo que escribí sobre los economistas
Ibeth
Oigan, ¿es mi imaginacion o ustedes son fans del Ulquihime? (Ulquiorra x Orihime)
converso ex-imbécil
Feliz año y todas las convenciones al uso.
http://www.publico.es/internacional/282422/encubierto/agente/revolucion
Pareja, echad un vistazo a esto.
Es una broma? Que pensais?
He dao un respingo al leer esto:
«…y en la Escuela de Chicago (con el profesor Austin Goolsby, de la extrema derecha económica)»
Esta «extrema derecha económica» son los que me creo que son, no?
Saludos
sanblasfemo
¡La hostia! Qué desastre. Quién sería el historiador que llama a la aristocracia el gobierno de los mejores.
http://es.wikipedia.org/wiki/Aristocracia
Por cierto, este artículo no sé a qué me suena:
http://es.wikipedia.org/wiki/Timocracia
Pero mira a dónde lleva: «Según N. G. L. Hammond, Solón, prescribió un impuesto graduado a las clases superiores en la proporción 6:3:1», aunque esa pororción habría que estudiarla.
Mondo Cane
Quiero en primera instancia agradecerte, Chema, por el artículo.
Soy nacido y criado en Chile, y tengo que admitir muy a mi pesar que desconocía gran parte de lo que planteaste en esta entrada. A veces me pasa que soy un poco dejado en cuanto a las costumbres e historia de mi pais, como un etnocentrismo, pero en la otra dirección jajaja. No se porqué, pero siempre me han atraido mucho más culturas extranjeras.
De todas maneras, no soy para nada nacionalista, las fronteras han cumplido a cabalidad su objetivo principal: dividirnos, y eso no está para nada bien.
En estos momentos no hay demasiadas cosas que puedo hacer para practicar un ecologismo activo como el que planteas, porque tengo 17 años y aun vivo dependiendo de otras personas. Por lo pronto, me encargo de ir propagando las ideas jajaja, y hace unas semanas me convertí en ovolacto vegetariano, esperando que esta convicción ecologista que tanto me inspira vaya creciendo cada día más.
Desde ya me despido, siendo otro admirador más de tu blog.-
Saludos, Claudio Ahumada
chemazdamundi
De nada, hombre. Gracias a ti por leerlo y por comprenderlo.
A todos nos atrae lo exótico, lo diferente, lo extraño, lo que no nos encontramos en el día a día. Es natural que nos llame la atención. Lo que no debería ser «natural» o «normal» es que, debido a ello, nos olvidemos de nuestra historia, de nuestra cultura, de nuestro ser.
Qué triste es para mí encontrarme con chicos jóvenes que se saben de memoria las canciones raperas más en voga de Eminem… pero que no tienen ni la más mínima noción de flamenco. O que todos sepan vagamente quién era Napoléon o Churchill pero no sepan nada de Carlos III o Adolfo Suárez.
Y cuánto mejor es saber tanto de nosotros como de los demás… ESO es lo que hace entender las cosas desde todos los ángulos posibles y tener la perspectiva más amplia posible. ESO es lo que hace abrir la mente. ESO es lo que nos hace ser perceptivos y saber estar en el mundo. ESO es… lo que nos hace ser libres: el conocimiento.
El querer saber.
En mi escuela, Claudio, yo no sólo aprendí en Historia sobre íberos, romanos, visigodos y árabes… que son «nuestros» temas de estudio. También estudié Historia de América. Se me iluminaban los ojos oyendo a mis maestros hablar sobre los araucanos, sobre los quechuas, y guaraníes. Porque a fin de cuentas TAMBIÉN son lo «nuestro». Y ESO es lo que quiero transmitir: que le encontréis el amor al conocimiento, a saber de TODO lo que podamos abarcar. No sólo de «lo nuestro» sino de lo de «más allá». No sólo de lo de «más allá», sino de «lo nuestro». Sin cortedad de miras. Con ansia por saber siempre más. Que combinemos el conocimiento histórico con la habilidad matemática, y la comprensión de las leyes de la Física con el de la Economía, que conozcamos los fundamentos legales de nuestra sociedad y los misterios de la Biología… y todo ello, sabiendo expresarnos en la mayor cantidad posible de lenguajes… hasta llegar a tener la conciencia más sólida de nuestro ser, de lo que nos rodea, y desarrollar todo nuestro potencial.
NUNCA pierdas tu afán por saber, Claudio. NUNCA. Por favor te lo pido.
Y mantén siempre que puedas una conciencia tan sólida y despierta como la que demuestras.
¿Dices que tienes diecisiete años? Quién lo diría.
Si esos pensamientos que tú tienes, Claudio, y que yo comparto estuvieran más difundidos… cuántos males y sufrimientos nos evitaríamos.
El conocimiento… es la base de la conciencia.
Cada uno hace lo que está en su mano.
Y lo que tú haces (tener conciencia, afán de aprender y de informar) es la base.
Lo demás… es cuestión de LUCHAR. Siempre luchar.
Ánimo y suerte. Es difícil… lo sé.
Un saludo y un placer haber hablado contigo,
José Mª Gallardo
Mondo Cane
Muchas gracias por tus palabras, Chema, las tendré en cuenta.
La curiosidad y el afán de conocer siempre han sido innatas en mi, y estoy muy de acuerdo en cuanto a que son unas caracteristicas que nunca debo perder.
El placer ha sido mío, seguiré atento a tus nuevas publicaciones y leyendo las antiguas que aún se me quedan atrás.
Un saludo cálido desde Chile para ti y para Natsu.
Claudio Ahumada
Chucao
Hola Chema, muy bueno tu artículo, te felicito y a la vez te agradezco.
Hola Chema, mi nombre es Christian, soy chileno, y he tenido que estudiar el «caso» Rapa Nui muchas veces (por obligación, pero no por ello con menos fascinación). Y me gustaría acotar, en realidad citar lo que un profesor me comentaba, que hay ciertos patrones que no calzan por así decir, y que son los que generan ese aire de misterio que permitió tanta paja mental sobre la isla. Decía este señor que hay ciertas constantes antropológicas, digamos, cantidad de habitantes, sistemas políticos y económicos sustentables, recursos disponibles, que son los que posibilitan que una cultura desarrolle una infraestructura colosal como son los moais. Lo raro es que analizando a Rapa Nui, cuesta ver cómo sucedió lo que muy bien nombras como esa ansia de construir más y más, entonces recuerdo como con cierta picardía decía «hay algo que no sabemos, y quizá no sabremos nunca». Se refiere claro, a algún hecho histórico puntual, o algún factor cultural no comprobado aún.
Por otra parte, encuentro muy valioso este tipo de artículos críticos a ese liberalismo rimbombante, que promueve un mundo de consumidores felices, que de la mano en el supermercado encuentran la felicidad férreamente individual llenándose a destajo, tan sólo porque da la gana. Lo digo porque si bien hay mucho material opositor a esa mirada de la sociedad, no siempre tiene bases, y se basa más en fanatismos ideológicos. Por eso me alegra haber llegado acá y recordar un caso «cercano» como ejemplo de lo que podría pasar si no tenemos cuidado.
Un abrazo.
Jokin_Zabala
Os dejo una reflexión, a propósito de Pascua..:
La cooperación y la competitividad, en un equilibrio dinámico, han sido los motores del desarrollo humano desde sus orígenes, y antes, desde el mismo origen de la vida. Pero si miramos más allá del Corto Plazo, veremos que la cooperación ha venido ganando terreno, desde la primitiva cooperación de diferentes células para formar un organismo hasta las diferentes formas de organización social.
Ciertamente, no se trata de un proceso lineal. En el terreno celular, los procesos cancerosos consisten precisamente en que en determinadas células la competitividad se impone sobre la cooperación. En el terreno social, el neoliberalismo ha significado una exacerbación de la competitividad que nos ha llevado a la actual crisis capitalista. La misma metástasis de la competitividad se expresa en la corrupción, en unos u otros regímenes.
Este es el punto de partida. Pero la alternativa racional debe ser una paulatina sustitución de la competitividad por la cooperación. La alternativa racional, porque es la única manera de evitar el despilfarro de los recursos. Y tal como marcha la crisis ecológica, de la que el cambio climático no es sino su manifestación más llamativa, ese proceso de sustitución es ya actualmente una condición para la supervivencia de la humanidad.
No sé si soy optimista o pesismista. Es decir, no tengo claro que la humanidad vaya a sobrevivir. Lo que tengo claro es que la vía cooperativa, socialista, es la única para la supervivencia. Si los clásicos aseveraban socialismo o barbarie, la alternativa actual es socialismo o extinción.
Saludos,
P. D.: Chema, te mando un material al correo tuyo que tengo.
Txillardegi
No se escribe «en voga», sino «en boga». Hay varias incorrecciones en la historia de Rapa Nui, que casualmente conozco. La consecución del privilegio de convertirse en Manutara u hombre pájaro, al conseguir el primer huevo de la nidada del año se realizaba sin pugna. Al Manutara no se le podía mirar directamente, y sólo podía ser alimentado por los sacerdotes. Sí que recaía sobre él el privilegio, y no sobre el jefe de su clan. Hay varios errores de bulto más, pero tampoco se le puede pedir más a un economista, perteneciente a un gremio que parece ser hoy día Portador de la Verdad, y capaz, como se ve, de hablar de cualquier cosa, hasta de las que desconoce.
chemazdamundi
Señor Txillardegi:
Efectivamente, se escribe «en boga» en castellano.
Pero, si hubiera sido BUEN LECTOR, se habría fijado en el hecho de que ES ADREDE, y que está en cursiva, PORQUE ESTOY COPIANDO UN MODISMO PROPIO DE RAPEROS, que escriben «en voga» porque se creen que es igual que el inglés in vogue. Es decir, que me estoy RIENDO de la incultura de los raperos.
LOS COJONES.
Hay testimonios de misioneros que aseguran que los guerreros, SI PODÍAN, se daban de trancazos intentando romper el huevo del competidor. Los enlaces están ahí.
Efectivamente, y así está especificado en los enlaces.
Y YO NO HE ESCRITO LO CONTRARIO.
Pues cuando quiera, cumpla usted las «Normas para poder comentar«, y me las cuenta.
Hasta ahora, he demostrado que SÉ de lo que hablo, y que es USTED el que me ha intentado criticar como fuera, INCLUSO MINTIENDO y buscando fallos DONDE NO LOS HAY.
EDIT:
a) Hasta que no cumplas esas normas, tus próximos comentarios NO SERÁN DESFILTRADOS… tal y como avisé. De hecho, ESTE comentario no debería haber sido desfiltrado, porque no las cumples, pero lo he hecho para que TODOS puedan ver lo hijo de puta que has sido.
b) Y, por supuesto, me debes TRES disculpas por las dos mentiras y la tergiversación que has hecho en tu comentario. Hasta que no lo hagas, TAMPOCO se desfiltrarán tus próximos mensajes, y no retiraré los insultos que he lanzado, CON TODO DERECHO, contra ti.
c) Si en un plazo de cuarenta y ocho horas no has respondido a mis demandas, te juro por mis muertos que te vas a acordar de mí. Ya lo vas a ver.
natsufan
Si este individuo se hubiera leído bien los artículos y comentarios, habría podido comprobar que sabes escribir la palabra correctamente:
https://chemazdamundi.wordpress.com/page/2/
https://chemazdamundi.wordpress.com/2009/02/20/lo-prometido-es-deuda-va-por-vosotros/
http://natsufan.livejournal.com/24342.html?thread=663062#t663062
¡Huy! ¡La fecha es del 4/11/2008! ¡Imposible manipularla!
Yo he encontrado todo eso con una simple búsqueda:
http://www.google.es/#hl=es&source=hp&q=chemazdamundi+boga&aq=f&aqi=&aql=&oq=&gs_rfai=&fp=c3e01b7798aa4dcb
Pero aquí no acaba la cosa.
Este individuo llega a tener la cara tan dura de decir:
¿Sin pugna?
¿¿Sin pugna??
¿¿¿SIN PUGNA???
O_o
Si es cierto eso de que has estudiado el caso antropológico del culto del Hombre-pájaro de la isla de Pascua (cosa que dudo), tú no te has enterado de la misa la mitad.
Pero, por Dios, por Nietzsche y por el Monesvol… ¡¡¡si eso sale hasta en la película, maldita sea!!!
Aquello era un duelo entre representantes de los clanes, y se estaban jugando ni más ni menos que buena parte de la manduca de su pueblo cada año. Por supuesto que había pugna. Y bastante pugna. Bueno, de hecho ahí están los testimonios de los misioneros y exploradores, vaya. No sé si la pugna llegaba al extremo tan espectacular que se ve en la película (lo dudo mucho, porque es una película y normalmente exageran los datos), y lo cierto es que los testimonios históricos lo que recogen eran intentos de desequilibrio y codazos, y no ataques directos… pero que «pugna» hubo. Ya lo creo que hubo. No te inventes las cosas, anda, que no recogían el huevo en un ambiente de camaradería y caballerosidad, precisamente. Se jugaban mucho. A estas alturas deberíais saber ya que Chema no se inventa nada y que todo lo que expone está más que documentado, investigado y respaldado científicamente. De hecho, ahí están los enlaces que deberías haber leído para evitar hacer el ridículo.
Chema tampoco comenta que, una vez comidos los huevos, los rapanui normalmente terminaban por cagar los restos.
Y no veo en qué desacredita eso su trabajo, que consiste en demostrar mediante una investigación antropológica, cómo un crecimiento económico desmedido, puede afectar gravemente a una sociedad humana. Es decir, es un estudio económico.
Y el hecho de que los sacerdotes alimentaran al Manutara o que no se le pudiera mirar directamente, importa más bien poco para ese estudio, y es por eso que Chema no lo menciona: porque importa un pimiento para lo que estamos tratando aquí, que es de economía, y cómo el culto del hombre-pájaro no es sino una respuesta a una escasez manifiesta de recursos. Pero claro, tú tienes que desacreditar eso como sea, incluso mencionando cosas del estilo «Chema no habla en su artículo sobre los peinados masculinos polinesios».
Aparte está el hecho de que eso no es negado por Chema en ningún momento, y que eso aparece con todo detalle en los enlaces suministrados.
Mirad, esto ya es que clama al cielo.
Estoy furiosa.
Dos mentiras y una tergiversación en un comentario de tan sólo nueve renglones.
Y, encima, con chulería.
Los individuos como tú no tenéis vergüenza alguna.
Entráis aquí y os hierve tanto la sangre de ver sobre lo que escribe y cómo escribe Chema, que criticáis:
-Lo que sea.
-Como sea.
-Y, como no tenéis más remedio, porque no podéis hacer otra cosa, mintiendo.
Es decir, que rabiáis desde vuestros ordenadores y tenéis que criticar como sea, buscándole los tres pies al gato, una letrita que se le hubiera podido escapar, alguna banalidad o detalle estúpido que no haya comentado retorciendo el argumento de las formas más inverosímiles… rebuscando, ahí, ¡venga! ¡con ansia!, a ver si puede ser que le encontréis el más requetemínimo fallo al que poder agarraros para desacreditar el inmenso trabajo que realiza, ¿eeeeh? ¿Verdad que sí? Y eso, también lo hacéis conmigo, que conste. Ya estoy más que ducha en estas lides.
Pero lo que más gracia me hace es que, al final, no tenéis más remedio que acabar mintiendo… porque no os queda otra.
¿No sabéis ya que los trabajos de Chema y los míos están más que remachados a macha y martillo, precisamente para evitar a los tocanarices como tú? ¿Todavía no os habéis enterado? ¿¿¿Todavía no??? Ufff, qué pesados, y qué mentirosos. Y venga. y dale. Y sigue. Que no somos personas mediocres. Que no somos «frikis» ni unos cualesquiera. Que somos titulados, que sabemos lo que decimos, cómo lo decimos, y dónde investigar y encontrar las pruebas de lo que decimos. Que… no… nos… inventamos… nada.
Que no nos vais a poder sacar nada o nada de relieve y por eso, al final, tenéis que acabar mintiendo descaradamente sobre nosotros, porque no os queda otra.
Y que no se enteran.
O no se quieren enterar.
Porque no quieren admitirlo.
¿Errores «de bulto»? Pero, ¿tendrá poca vergüenza? ¡¡¡Pero si has mentido al enseñar los supuestos «errores de bulto»!!! Tú sí que eres un bulto con ojos.
¡Pero bueno! ¿Será cerdo? Oye, y encima, después de mentir, acusa a los demás, de creerse portadores de la Verdad. Él, de entre todos, que está mintiendo de manera evidente. Lo dicho: no tienes vergüenza. Luego, llorarás si Chema te insulta y te deja por los suelos, ¿verdad? Luego, nos quejaremos en foros y chats de que Chema es un intolerante y un grosero. Tú sí que has demostrado no saber de lo que habla.
Y, encima, mintiendo.
natsufan
Ya he descubierto por qué mentía tan flagrantemente este individuo.
Es un proetarra.
Me han llamado la atención las chorradas que decía y me sonaba muy raro su nick, Txillardegi, así que me puse a buscarlo por internet.
Txillardegi es el seudónimo de Jose Luis Alvarez Enparantza…
más conocido por el seudónimo Txillardegi, es un lingüista, político y escritor vasco en euskara y uno de los fundadores de ETA.
http://es.wikipedia.org/wiki/Txillardegi
Bueno, pues ya sabemos por qué mentía este tipo sobre tu artículo, cielo.
Es un proetarra o similar.
Seguro que le ha jodido ver que eres de UPyD y ha salido mintiendo con lo primero que se le ha ocurrido.
Ya está todo claro.
No te molestes con exponer su correo, seguro es falso. Bueno, haz lo que quieras. Siempre lo haces.
Ánimo, José María. Estoy empezando a ver que tu/nuestro trabajo está jodiendo a todos los radicales y descerebrados, incluyendo también a los «amigos» de los terroristas. Se nota que les estás haciendo daño. Y eso, me congratula.
Desahógate a gusto. Éste se lo ha merecido pero que bien merecido.
Yo, desde luego, no te voy a poner freno.